Era la temporada de vacaciones en verano y había que pensar en un destino. Queríamos ir a la playa, tomar un poco sol y “gravelear”. Luego de investigar un poco, consideramos que el lugar indicado era Pichilemu, «La Capital Mundial del Surf», pero con la idea de ir bordeando la costa desde La Boca, en búsqueda del famoso y preciado “gravel”. Es decir, un ciclismo que mezclara trayectos con y sin asfalto, con paisajes más montañosos y naturales.

Estudiamos la ruta para tener una idea general del camino que debíamos tomar. Armamos el equipamiento bikepacking y dimos comienzo a la aventura, dirigiéndonos hacia La Boca por camino Melipilla. Así comenzó nuestro recorrido costero. Partimos desde Santiago, recorriendo 283 km de caminos mixtos (asfalto, gravel y arena).

La aventura se iba tejiendo en el transcurso de la ruta, conectamos con distintos caminos para ir alejándonos de a poco de la zona urbana, del asfalto, de la vida rápida de la ciudad. Buscamos caminos alternativos con menor tráfico vehicular, rodeados de grandes árboles y animales mirándonos pasar.

Día 1: Santiago – Codigua «Las Tinajas»  (97km)

Tomamos el clásico camino a Melipilla para comenzar el recorrido hacia la costa. Esto nos llevó a nuestro primer encuentro con el gravel en la localidad de Codigua por el camino llamado Las Tinajas. Hicimos nuestra primera parada. Dormimos en nuestra carpa, nosotros sólo queríamos comer y descansar.

©Cristóbal Vera Pino
©FZ gravel
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Día 2: Codigua – La Boca (74km)

Acá comenzó la entretención. Logramos conectar caminos de tierra, asfalto y subidas dirigiéndonos de lleno a la costa, para hacer nuestra siguiente parada en La Boca. Ahí tuvimos que subir la cuesta y en su cima estaba el premio: el mirador que te deslumbra con una hermosa vista de la desembocadura del Rio Rapel.

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Día 3: La Boca – Puertecillo (30km)

Siguiendo el camino costero, dimos con el gravel en todo su esplendor. Nos sumergimos en los bosques costeros entre los cerros, disfrutando las exigentes subidas que nos tenía preparada esta ruta. Conectamos con distintas playas hasta llegar al mirador La Polcura, donde se logra ver una enorme línea recta en el horizonte, y la inmensidad del océano que te hace pensar lo pequeño que eres en este planeta. Un lugar imperdible que conecta a un descenso de tierra suelta para llegar a la playa de Puertecillo nuestra siguiente parada.

©Cristóbal Vera Pino
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Día 4: Puertecillo – Pichilemu (67km)

Era el último día de pedaleo para llegar a Pichilemu, con la intención de cruzar por la Hacienda Topocalma. Nos encontramos con la sorpresa que este camino se encontraba cerrado. Cabe mencionar que la comunidad de Litueche ha luchado por el tránsito libre de este camino que conecta con la playa de Topocalma por un camino más amigable para los pescadores y las familias de la zona.

©Cristóbal Vera Pino
©FZ gravel
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Nosotros tuvimos que tomar el camino alternativo que nos llevo directo a unas inmensas dunas que debías sobrepasar para poder ver el mar. Fue una hermosa, pero sacrificada caminata por la orilla de la Playa para conectar el siguiente camino de gravel entre los cerros, bosques, campos ganaderos y los extensos terrenos forestales que nos llevaría hacia nuestro destino final: la Capital Mundial del Surf.

©Cristóbal Vera Pino
©FZ gravel
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*Esta ruta se realizó antes de las medidas de cuarentena y confinamiento del covid-19. Recuerda sólo realizar estas travesías cuando esté permitido y con las medidas sanitarias correspondientes.

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